Un hombre compró una casa grande y bonita con un hermoso jardín de árboles frutales. A su lado en una casa vieja, vivía un vecino envidioso que siempre intentaba arruinarle la vida al hombre.
Una mañana el hombre se despertó, salió de la casa y vió una cubeta llena de basura enfrente de su puerta. Tiró la basura, lavó la cubeta hasta que brillara, le puso las frutas mas grandes y deliciosas de su jardín y fue a ver al vecino.
El vecino al ver la cubeta, le preguntó:
Porqué me devuelves la cubeta llena de manzanas si yo te dí basura?
El hombre contestó:
“Cada quien comparte lo que tiene en su corazón”
Reflexión: Tenemos algo mas grande para regalar y no necesariamente tienen que ser los desechos que guardamos en nuestro interior, siempre demos lo mejor de nosotros y nunca te sientas inferior por tener menos comodidades que los demás, mas bien siéntete orgulloso de sentirte feliz conviviendo en armonía con los demás.