En un sentido amplio, significa la condición espiritual. En este sentido, y referido a una persona, se refiere a una disposición principalmente moral, psíquica o cultural, que posee quien tiende a investigar y desarrollar las características de su espíritu.
Esta decisión implica habitualmente la intención de experimentar estados especiales de bienestar, como la salvación o la liberación. Se relaciona asimismo con la práctica de la virtud.
Se dice también de estilos o formas de vida que incluyen perspectivas relacionadas con el ámbito espiritual y sus prácticas, buscando, por ejemplo, la liberación. Otros enfoques diferentes también son posibles: (iniciación, rito).
Se puede decir que la espiritualidad es vital para el crecimiento de las personas por el simple hecho que son seres humanos ya que tienen la capacidad de encontrar un sentido y trascender.
Hacer un alto en el camino y agradecer es justo y necesario cuando sientes que has perdido el rumbo de tu vida.