Sus características son muchas, además de satisfacer sexualmente con un miembro ajustable, que se regula de acuerdo a las necesidades de cada persona, la máquina está preparada para que el mero hecho de su compañía sea agradable porque también puede recitar poemas y contar chistes, a través de una aplicación que el dueño maneja a su antojo para que diga lo que quiera oír. Es como el hombre ideal, solo que de metal y hule.
La empresa que lo creó fue RealBotix, una marca conocida por sus robots sexuales de lujo, de esos que son tan realistas que casi dan miedo y que están tan bien hechos que cuestan muchísimo dinero.
Esta nueva creación aún no ha sido lanzada al mercado, pero su precio oscila ya entre los 9.000 y 12.000 euros, es decir, poco más de seis u ocho millones de colones.
Henry viene equipado con unos preciosos ojos verdes y unos abdominales que sirven hasta para lavar la ropa, si se requiere. Su estatura es de 1,80 metros, aunque en la empresa explica que está creado más que todo para que le haga compañía a la gente solitaria.
De hecho, los datos actuales de la empresa indican que el 98% de los pedidos de robots sexuales proceden de hombres que exigen formas de mujer con curvas pronunciadas y rasgos sexuales hechos a la medida, algo que pretenden cambiar conforme pase el tiempo.