Saltan de una relación breve a otra. Compartir la intimidad con una pareja los incomoda hasta el agobio. Si encuentras uno así… ¡Diviértete o huye!
A la hora de relacionarse, un estudio realizado en los años 80 divide a la población en personas seguras (50%), ansiosas (25%) y elusivas (25%). Estas últimas son aquellos hombres y mujeres que no pueden comprometerse con ninguna relación. Si bien estos roles no están ligados a un género concreto, a la mujer siempre se la ha asociado con la etiqueta de “ansiosa” y al hombre con la de “elusivo”. Por presión social es frecuente que la mujer intente perseguir el compromiso en una relación, mientras que el hombre busque evitarlo. Entonces, cuando se cruzan los caminos de una ansiosa y un elusivo, ¡problema en puerta!
La pregunta es: ¿Cómo desenmascarar a un hombre elusivo? En su libro Amor. La psicología de la atracción, la Doctora en Psicología Leslie Becker-Phelps enumera y explica cuáles son las señales de alarma que nos indican cuándo estamos ante la presencia de un hombre alérgico al compromiso.
- Se siente incómodo cuando hay mucha intimidad. Lo agobian ese tipo de situaciones y también huye de las confrontaciones. Por lo tanto, tiende a poner distancia con diferentes excusas, sobre todo luego de haber compartido un momento de mucha cercanía. Por ejemplo, compartes todo un día con ese chico elusivo con el que estás saliendo. Seguramente después de eso se tarde al menos tres días en volver a llamarte, si no es que huye despavorido por los sentimientos que le movilizó esa intimidad. Cuando comparte demasiado se siente invadido.
- Es el rey del histeriqueo. No le gusta quedar expuesto y es muy orgulloso. Siempre intentará mantener una actitud cool y desinteresada. Si tiene ganas de llamarte, lo pensará dos veces porque siente que es un signo de debilidad. Y si lo llamas tu, no te sorprendas si no demuestra interés o si directamente te da a entender con evasivas que ese programa no le divierte, aunque sólo haya sido la excusa para hacer algo juntos. Hará todo lo que esté a su alcance para demostrate que él tiene el control de la situación.
- Son súper cerrados. Su pasado es un misterio. Luego de la primera cita te darás cuenta de que no sabes nada de él. Luego de la segunda y de la tercera te sucederá lo mismo. Sobre todo si ha vivido cosas dolorosas. Las conversaciones siempre se mantendrán en la superficie.
- Parece que nada lo afectara. Si logra hablar contigo sobre una situación dolorosa, lo hará friamente, con desapego, sin demostrar sus emociones. Esa dificultad para abrirse a sus sentimientos también la experimentará en su relación contigo.
- Salta de una relación breve a otra. Dice que desea encontrar el amor y sentar cabeza, pero la realidad es que una vez que acaba la etapa de conquista y la relación comienza a profundizarse se siente súper incómodo y comienzan los problemas.
- Los problemas para él no existen. Vive escapando de las confrontaciones. Entonces, si no respondió a tus tres llamados la noche anterior porque necesitaba recluirse en su propia burbuja, al día siguiente te llamará como si nada hubiera sucedido, conservando ese tono cool. Y hasta quizás te proponga hacer algo como para demostrarte, y demostrarse a sí mismo, quién es el que propone y dispone en esa relación. Mucho cuidado con tu reacción; si le haces un escándalo porque estás enojada, te dirá que ese no es su estilo y te hará sentir completamente fuera de lugar, aunque en realidad no lo estés. La manipulación es un arte que maneja muy bien.
- Su afecto es un premio. Andas con cuidado, viendo cómo hacer para lograr que se acerque a ti. No sólo es agotador, sino que destruye tu seguridad.
- Es súper exigente. Tiene una lista eterna de requisitos que su pareja ideal debería cumplir. Por lo tanto, se le hace imposible encontrar una mujer que cumpla con todos ellos y, de esa manera, continúa sin entregarse a nadie.
Conclusión; si estás buscando una relación seria, ¡huye! Con este tipo de hombre sólo conseguirás sufrir. Es cierto que todos podemos cambiar, pero la voluntad de cambio está en cada uno de nosotros. Es muy difícil hacer cambiar a alguien cuando esa persona no tiene la verdadera voluntad de hacerlo. En cambio si sólo quieres divertirte y sabes que no te enredarás en su juego; ¡adelante!